viernes, 9 de marzo de 2012

"Latinoamérica" - Calle 13.

Y bueno me tardé demasiado en escribir la primera entrada, sin embargo, desde siempre supe la primera banda de la que iba a opinar. Más allá de una sóla canción es el estilo que recientemente descubrí que me encantaba y no me refiero al género de música urbana, dentro del cual se afanan en clasificar a ésta banda, me refiero al contenido de las letras que propone René Pérez.

Quizá mi fascinación se deba al hecho de que recientemente he desempolvado mi conciencia social e interés político, de cualquier forma me parece tácticamente sorprendente el recorrido musical de los cuatro discos que han publicado. Todo empezó cuando escuché un comentario (fallé en encontrar la cita) en el cual el vocalista del grupo decía estar satisfecho con el éxito de su plan, haber anticipado su incursión exitosa a la industria a base de reggeatón y letras controversiales pero que la parte más importante estaba iniciando, la parte en la que lanzan mensajes reales en sus canciones.

Debo confesar que en un principio repudiaba su música, basándome en lo que sonaba en la radio. "La jirafa" y "Un beso de desayuno" me encantaron, pero creí que eran nada más que un par de lindas excepciones. Por eso el video de "Latinoamérica" resultó una sorpresa total, su contenido me pareció real. Aunque visto fríamente es un poco un cliché, no se puede negar que se sale el alma de emoción al ver la secuencia de imágenes de los habitantes de todos esos países, por supuesto la sensación se completa con el contenido lírico de la canción.

Esa letra...

Se me hace preciosamente increíble que el mismo que popularizó "hello, deja el show" esté ahora cantándome "el fruto de mi lucha no es artificial, porque el abono de mi tierra es natural". Las asociaciones y analogías tocan el nervio, relacionan a cada uno de los individuos que comparten este territorio, este idioma. La letra nos une, nos apropia, nos recuerda que Latinoamérica es cada uno de sus habitantes, cada una de sus verdades, cada una de sus actitudes, tradiciones, fortalezas, que Latinoamérica soy yo y somos todos los que viven nuestra realidad. Y la colaboración de Totó la Momposina, Susana Baca, Maria Rita y Gustavo Santaolalla es la cerecita en la punta.

La melodía empapa de un sentimiento nacionalista inevitablemente, los ritmos sudamericanos no podían haber dejado mejor sabor de boca. Yo, por lo menos, me siento orgullosa al escuchar esto que siento tan mío en una canción pop.

Y es ese simple hecho el que les vale mi admiración; a menudo las personas que aman la música odian cuando el artista o el género se populariza. Por el contrario en este caso, estamos ante la presencia de un mensaje que vale la pena globalizar. La utopía de tener un mundo entero unido y clamando a una sola voz por la igualdad de clases sociales, por el respeto a las minorías, por la eliminación de las hegemonías capitalistas, por la necesidad imperante de un cambio social, político y económico... suspiros, suspiros y más suspiros de amor para las letras y los ritmos de Calle 13.

Creo que el álbum de "Entren los que quieran" en general es el que suelta totalmente el mensaje aunque, según los datos, entre sus primeras dos canciones lanzadas se encontraba una protesta ante el asesinato de un rebelde puertorriqueño a manos del FBI. Simplemente genial, no se necesita de un Bono popularizando sus lentes de sol y reconocido mundialmente por estar en todos los eventos. Se necesita una letra que abra los ojos. Se necesita una serie de canciones dedicadas a una causa real y un artista comprometido hasta los huesos. Recomiendo mucho éste álbum; siguiendo la línea de las letras con mensaje fuerte, especialmente hablo de "Prepárame la cena", "El hormiguero" y "Calma pueblo". Mi favorita, aunque contando con un tema de amor: "La vuelta al mundo".

Vale la pena mencionar que desde siempre han incluído una variedad de sonidos e instrumentos característicos de nuestra cultura en su trabajo, así como también desde siempre se han adueñado de la crítica fuerte hacia los problemas de nuestro territorio.

Son los emisores de una rima exagerada que logra transmitir descaradamente (y para algunos incluso grotescamente) su opinión sobre la sensación actual del descontento latinoamericano. Probablemente les ofenda a muchos las herramientas que utilizan para lograrlo, los comentarios desagradables, el lenguaje soez y las ofensas desmedidas... abran los ojos, nuestra realidad es la puta ofensa más desagradable. Mi alma se tranquiliza al ver que hay en el mercado mainstream al menos una propuesta que no habla de lobas y waka waka, al menos alguien se está preocupando por concientizarnos y poner en palabras el asco que causa nuestra sociedad actual.