viernes, 24 de agosto de 2012

A La Luna.

Esto merece una entrada.

Ahora por la tarde leí que La Luna Casa y Arte dejará de existir. Inocentemente creeré que alguien de otro país lee esto y explicaré que La Luna es un bar y restaurante de San Salvador con 20 años de existencia, una espacio de apertura a la exposición del arte nacional y que cuenta con un grupo considerable de fieles clientes. Esto merece una entrada, de esas extremadamente personales.


Tomado del sitio web de La Luna Casa y Arte: EL lugar ♥ el escenario.


Creo que es clave en la vida de toda persona su momento de despertar musical, el momento de iluminación en el que te conectás de manera irreal con una canción, un disco, una banda, un género. Dichosamente, considero haber tenido varios en mi vida siendo el más importante el del año pasado.

Desde chiquita conocía los clásicos del rock y el metal gracias a mi papá, desde Elvis hasta Sonic Youth, a padre le debo una colección musical de más de 30 años y siempre he estado muy consciente de esta realidad mía: la música es una gran parte del alma; jamás estuve tan consciente de ello como cuando la música dejó de estar dentro de mí.

Hace unos meses, este blog era un intento de (cualquier palabra), era un conjunto de entradas vergonzosas correspondientes a una etapa en mi vida en la que no me sentía cómoda ni me sentía yo. Jamás hubiera querido cambiar lo mal que estaba emocionalmente si no hubiera sido por que me di cuenta que ya no escuchaba nada. No me queda claro como vivía, dejando el dramatismo de lado en serio no me imagino en que invertía mi tiempo... el punto es que por un período largo tuve un iPod guardado, un iTunes sin utilizar y cero ganas de regresar al mundo. Me asusté y tomé acción.

Casi nunca ha sido constante la presencia de música actual, probablemente porque los clásicos son los que siempre han estado conmigo. Y con los clásicos regresé a la música, los Beatles y Led Zeppelin, The Who, Janis, Joan y Jimi, Cash y Neil, todos seguían donde los había dejado... y escuchando el pasado me di cuenta que había un presente justo en mi país. Odio decir que mi primer toque no fue en La Luna, odio decir que mi primer toque fue a mis 20 años, odio decir que mi primer toque fue un tributo, pero estoy orgullosa de que en mi primer toque escuché Pink Floyd.

Paralelo a mi "renacer musical" y a mi "descubrimiento" de la música en vivo, se desarrollaba mi etapa de Pearl Jam. Y fue en un tributo a Pearl Jam que conocí el lugar que marcó mi romance con la música. La primera vez que estuve en La Luna decidí nunca dejar de ir, no pensaba abandonar ese high increíble que me provocaba la música en vivo, la música de Pearl Jam y el lugar en sí.

Si planteo las razones por las cuales este sitio tocó mi existencia supongo que existe el factor de los buenos momentos compartidos con amigos, las risas, chistes, pláticas y demás recuerdos que siempre estarán asociados. Debo mencionar y hacer énfasis en los descubrimientos, fue aquí que me contaron que en mi país habitaban bandas ridículamente buenas. Pero finalmente supongo que era el simple hecho de haberme obligado a interactuar con la banda, a formar parte de la canción, el saber que se siente bailar, corear y headbang con tus amigos alrededor, todo reunido en un lugar que sintiera mío, eso era.

No sé qué tan respetable es que ahora esté reaccionando de esta manera, pero sin miedo a hacer una analogía exagerada: debo dejar plasmado que este era mi CBGB. Mi Luna, mía.

En unos meses, probablemente, van a re inaugurarlo. Nuevo concepto, nuevo local (y qué bien, porque necesitaba una remodelación), pero sigue siendo el final de una etapa importantísima en mi vida. Y así es, el 2012 es año de finales e inicios después de todo.

2 comentarios:

  1. Nunca fui, principalmente porque no sabía donde quedaba, siempre escuché de la luna, así se llamaba antes tu blog. Algunas bandas salieron con buenas criticas de ahí, queda como una vitrina, para algunos orgullo de que tocaron ahí, otros que presentaron obras, expusieron su galería de arte. Desconozco porque cierran, pero creo que pesará mas la leyenda que la triste noticia de su cierre.

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