martes, 15 de marzo de 2011

ojalá sea por la regla...

Todos los domingos pasaban a tocar la puerta de mi casa los Testigos de Jehová. Todos los domingos recibían nada más que rechazo por parte de mi abuelita. No los dejaba ni hablar, "NO SEÑORA, ESTE ES UN HOGAR CATÓLICO". Siempre me sorprendió como es que regresaban.

Años después lo entiendo. Pero el tema central no es la religión, por lo menos no quiero que ese sea el tema por ahora. La prioridad es el sentimiento. Me cierran las puertas.
Yo creí que esta parte de mí ya no existía, esta versión tan NEEDY, tan vulnerable. Digo, no es que fuera una piedra (para naaaaada), pero ya hace tanto tiempo que no necesitaba atención constante para sentirme valorada. Ahora que me vuelvo a sentir así, creo que no podría haber llegado en peor momento.

Había llegado a comprender que las cosas, la gente y las relaciones cambiaban. Que todo tiene su fecha de expiración, para bien o para mal. Y que no había nada de malo con eso, mi felicidad no se acababa porque fulanito ya no fuera mi amigo, o porque no se quién se peleara conmigo. Y ya tanto tiempo después vengo a terminar en lo mismo.

La diferencia es que esta vez prefiero arrancarme el brazo antes que volver a reclamarle a alguien. Ojalá de mi boca no vuelva a salir "Es que ya no sos igual". Pero más que nada en la vida deseo jamás volver a escuchar a alguien decir "Ay Patty, sos una sufrida".

Pero ya estoy divagando demasiado, y con ésta música no es una buena idea.
En resumen, I can tell you exactly where it hurts :(

No hay comentarios:

Publicar un comentario