Siempre me ha maravillado, y es probable que ya lo haya mencionado antes, el poder del cambio, de las transiciones. Creo que me he concentrado demasiado en todo lo que entra y sale de nuestras vidas. Gente, cosas, situaciones, momentos. Ya no están.
(Siento que ya he escrito esto muchas veces, o quizá solo lo he pensado demasiado)
A mi parecer, dentro del top 5 de las mejores cualidades de los humanos está el saber olvidar. Y es que lo hacemos con tanta gracia. Lo que nos parecia tan esencial y completamente necesario hace años a penas cruza por nuestra mente en el presente. Somos tan momentáneos.
Antes aborrecía este hecho. Me asqueaba completamente saber que la gente no estaba eternamente. Como era de esperarse, éste sentimiento se ha ido. A veces me parece un enfoque pesimista, la mayoría de la veces solo lo veo como LA REALIDAD. Para una mente romantizada por letras de canciones, películas fantasiosas e ideales inocentes de incondicionalidad humana puede resultar difícil de aceptar.
Después de varias experiencias, estoy orgullosa de entenderlo. Más orgullosa estaré cuando sea capaz de no regir mis actitudes con las demás personas en base a éste hecho. Como meta tengo ciertamente no ser una persona efímera, no ser parte del pasado de alguien, sino del constante presente. Pero ya divago, no logro encontrar mi punto central y la cabeza me explota de dolor...
Si nos quedamos con lo mismo, nunca creceríamos. Se siente tan bien tener algo seguro que estaríamos estancados completamente. Y que asco estancarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario